El pasado 21 de abril, el concejal de Urbanismo informaba al pueblo de Totana de la modificación del trazado de la Línea de Alta Tensión que abastece a la Planta Solar fotovoltaica de Lorca.
En la Separata mostrada por el Ayuntamiento, enviada por la empresa, se muestra cómo dos líneas de alta tensión correrán paralelas más las venideras por el campo de Totana. Los propietarios agrícolas de estos terrenos luchan desde 2017 por la modificación de esta línea.
Luchan por salvar sus vidas, su economía y la economía de un pueblo agrícola.
Ahora, casi 5 años, vemos cómo una Gran empresa multimillonaria ha decidido asesinar sus tierras. Tierras en las que se ha decidido plantar gigantescas torres de alta tensión, no una ni dos sino hasta cinco; pronto, si nadie lo remedía, junto a la Autovía del Mediterráneo podrán observar este nuevo tipo de plantación, torres de alta tensión. Estamos condenados por la presencia de una Subestación eléctrica, pero deberían de existir alternativas.
Eso es lo que nos enseñan de pequeños.
Pero la cruda realidad es otra. Yo, como afectada, me pregunto por qué Murcia no puede ser pionera en el soterramiento de estas líneas de alta tensión, por qué no hacer reflexionar a esta empresa y a la empresa estatal que gestionará la línea del AVE.
Recordemos que este trazado de la línea de alta tensión fotovoltaica y la línea de Alta Tensión de la catenaria del AVE correrán paralelas en estos parajes. Esas hortalizas cultivadas por estas tierras, ese ganado, esos animales libres, esas personas que cultivan y trabajan esas tierras se verán afectadas.
Quién sabe, a lo mejor, los coches eléctricos que circulen por la autovía se ven afectados. Siempre hay una alternativa.
A todos no lo enseñan de pequeños. Cuando estas alegaciones lleguen a la Dirección de Industria y a la Consejería de Medioambiente de la Región de Murcia esperamos, soñamos, ansiamos que sus receptores se apiaden y piensen que Murcia tiene que ser pionero en el soterramiento de las líneas de alta tensión de su corredor energético. Hagamos algo por nuestra madre naturaleza, hagamos algo por estas 280 familias, por este pueblo que una vez más se encuentra amenazado por las líneas de Alta tensión. María Cánovas
